Capítulo 4

Metodología CRO

Tabla de contenidos

Metodología CRO

La metodología CRO es un proceso basado en el método científico y sigue a rajatabla su mismo procedimiento de 4 pasos básicos, que son:

Análisis.

En esta fase se recopilan datos cuantitativos (como los porcentajes de conversión asociados a cada canal de tráfico) y cualitativos (como el comportamiento de navegación de un segmento concreto de usuarios) para identificar las principales ineficiencias de conversión que registra nuestra página web.

Hipótesis.

Con la información recabada en la fase anterior, y según las ineficiencias observadas, se formulan hipótesis sobre qué cambios podrían mejorar la conversión. 

No todas las hipótesis tendrán el mismo impacto o serán igual de fáciles de implementar. En este caso, se priorizan las ideas basándose en criterios como el esfuerzo requerido, el potencial impacto y la facilidad de implementación.

Experimentación.

Una vez priorizadas las hipótesis, se realizan experimentos controlados (como pruebas A/B) donde se compara la versión actual del sitio (control) con una versión optimizada (variante) para medir su impacto en la conversión.

Análisis de resultados.

Después de ejecutar las pruebas, se analizan los resultados para determinar si los cambios realizados lograron mejorar las conversiones. Si los resultados de las pruebas son positivos, los cambios se implementan permanentemente en el sitio web. Si no, se revisan las hipótesis y se sigue experimentando hasta encontrar mejoras significativas.

Sin embargo, el proceso CRO no termina con la implementación de un cambio. Es fundamental seguir revisando el sitio y hacer mejoras continuas para adaptar la experiencia de los usuarios a las nuevas tendencias y comportamientos.

Por lo tanto, esta metodología CRO es cíclica y está en constante evolución, ya que siempre hay oportunidades para seguir optimizando.

¿Se aplica siempre la misma metodología a cualquier proyecto?

No necesariamente. Si bien la metodología CRO es una guía estructurada y ampliamente utilizada, su aplicación puede variar según el tipo de proyecto, el sector, los objetivos y los recursos disponibles. 

Hay algunos factores clave que influyen en cómo se adapta el proceso CRO a diferentes proyectos, como por ejemplo el tamaño y madurez del negocio

En empresas grandes con mucho tráfico, se puede seguir el proceso completo con un enfoque más riguroso y basado en datos. Sin embargo, en empresas pequeñas o startups, donde el tráfico es limitado, puede que no sea viable realizar pruebas A/B o experimentos complejos.

En estos casos, se suelen aplicar cambios basados en principios de usabilidad y buenas prácticas.

Por otra parte, no todas las empresas cuentan con los recursos necesarios (tiempo, presupuesto o equipo) para llevar a cabo un proceso CRO completo. En estos casos, se pueden saltar o simplificar ciertos pasos, enfocándose solo en los cambios más críticos que generen un impacto inmediato en las conversiones.

Dependiendo del nivel de madurez digital también puede variar la metodología. 

Por ejemplo, proyectos que ya tienen un historial de optimización de la conversión, es posible que se enfoquen más en iterar y ajustar detalles concretos. Por el contrario, en sitios nuevos o poco optimizados, el proceso puede comenzar optimizando aspectos más generales como la arquitectura web, la velocidad de carga y la experiencia del usuario.

Con lo cual, la metodología CRO se adaptará a cada proyecto de acuerdo con sus características, limitaciones y oportunidades. Lo importante es mantener un enfoque basado en datos y pruebas, pero ser flexible en cómo se implementa el proceso.

Diferencias entre CRO táctico y estratégico

Hay dos enfoques principales para implementar el CRO en un proyecto: el táctico y el estratégico. Aunque ambos persiguen el mismo objetivo (aumentar las conversiones) se diferencian en su enfoque, alcance y forma de implementación.

El CRO táctico se enfoca en cambios rápidos y puntuales que buscan obtener resultados a corto plazo. Es un enfoque más reactivo y suele centrarse en optimizar elementos individuales de la página web para solucionar problemas evidentes o aprovechar oportunidades de mejora inmediatas. 

Algunos ejemplos de acciones tácticas pueden ser:

  • Optimización de formularios: reducir el número de campos en un formulario para disminuir la fricción y aumentar las conversiones.
  • Modificación de títulos y subtítulos: ajustar el copy para hacerlo más persuasivo o claro.
  • Implementación de testimonios o elementos de confianza: añadir reseñas o logotipos de clientes para reforzar la credibilidad.

 

El éxito del CRO táctico se mide a través de mejoras inmediatas en métricas como el CTR (Click-Through Rate), el tiempo en página o el ratio de conversión en una página específica, etc.

Sin embargo, su principal limitación es que no logra tener un impacto a largo plazo, ya que no aborda problemas más profundos dentro de todo el recorrido de conversión.

El CRO estratégico, en cambio, es un enfoque mucho más amplio que considera el embudo de conversión en su totalidad en lugar de centrarse en cambios puntuales. Busca entender el comportamiento del usuario y optimizar toda la experiencia del cliente a lo largo del tiempo.

Este enfoque implica un análisis exhaustivo de cómo los usuarios interactúan con el sitio web a lo largo de todas las etapas del embudo de conversión, utilizando herramientas avanzadas como mapas de calor, grabaciones de sesiones y análisis de la ruta del usuario.

Y también requiere una comprensión de la psicología del usuario para encontrar insights sobre sus motivaciones, puntos de fricción y necesidades.

Su principal ventaja es que tiene un impacto más duradero y significativo en las conversiones, ya que aborda la raíz de los problemas y optimiza la experiencia completa del usuario.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que requiere más tiempo, recursos y un entendimiento profundo del negocio y del cliente, lo que implica que los resultados no serán tan inmediatos como con el enfoque táctico.

Independientemente del enfoque que abordemos, la verdadera optimización de la tasa de conversión implica una combinación de ambos. Las empresas que realmente desean maximizar sus conversiones deben invertir en un enfoque estratégico que se complemente con tácticas rápidas, asegurando así una optimización efectiva y completa.