El tráfico orgánico es todo el tráfico que llega a tu web desde buscadores sin pasar por campañas de pago.
Por ejemplo: alguien busca en Google “mejor suplemento de magnesio”, hace clic en tu post de blog y llega a tu ecommerce. Esa visita es tráfico orgánico.
La clave está en que no pagas directamente por ese clic (como en Google Ads), sino que lo consigues gracias a tu posicionamiento SEO.
Es más rentable a largo plazo → no dependes de invertir cada día en publicidad.
Es tráfico cualificado → el usuario ya está buscando una solución relacionada con tu negocio.
Genera autoridad y confianza → estar en primeras posiciones transmite credibilidad.
Alimenta todo el funnel → puedes captar desde gente que está investigando hasta gente lista para comprar.
Tráfico de pago → depende de anuncios, inversión constante.
Tráfico directo → cuando alguien te busca por tu marca o escribe tu URL.
Tráfico social → llega desde redes sociales.
Tráfico de referencia → viene desde otras webs con enlaces.
Trabaja el SEO on-page → titles, metas, headings, contenido optimizado.
Genera contenido evergreen → guías, comparativas y posts que respondan a búsquedas reales.
Optimiza la experiencia de usuario (UX) → Google premia las webs rápidas y claras.
Consigue enlaces de calidad → mejoran tu autoridad y posiciones.
Crea una estrategia de contenidos sólida → no se trata de publicar, sino de planificar.
Aprender las bases del SEO de manera profesional y entiende la importancia de estar en los primeros resultados de Google.
Creer que el SEO es publicar artículos sin estrategia.
Obsesionarse solo con keywords de mucho volumen.
No medir la calidad del tráfico (muchas visitas ≠ muchas ventas).
No actualizar contenidos antiguos → pierden posiciones con el tiempo.
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